lunes, 16 de junio de 2014

Recuerdo a propósito del centenario del Apostolado de la Oración

Este mes de junio tradicionalmente está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Así, para poner en valor la maravilla de su mensaje os rescato para perenne memoria una carta de 16 de junio de 1944, del Papa Pío XII a Norberto de Boynes S. I., vicario general de la Compañía de Jesús y director general del Apostolado de la Oración, con motivo del centenario de este movimiento apostólico que actualmente continua vivo. Espero que os pueda ser de interés. Las negritas son mías.
 
"Amado hijo: salud y bendición apostólica:
Al cumplirse el primer centenario desde que, no sin inspiración de la Divina Providencia, fue felizmente fundada la Pía Unión del Apostolado de la Oración, Nos, (...) te felicitamos paternalmente a ti, que diriges la benemérita asociación, y a cuantos, sobre todo de la Compañía de Jesús, se dedican a consolidarla y propagarla, deseamos que tan fausto acontecimiento no pase sin el debido elogio y sin exhortar a los fieles a tomar parte en él con piadosa y diligente voluntad.
 
El Apostolado de la Oración, medio eficacísimo para la salvación de las almas
Es fácil comprender lo estrechamente que está ligada con los progresos de la Iglesia y con el bien de las almas, ya que sin la oración colectiva, hecha como se debe, nos obtiene más fácilmente la divina clemencia y bondad, conforme a la promesa de Jesucristo: "Si dos de vosotros se unieren sobre la tierra para pedir algo, les será concedido por mi Padre, que está en los cielos", ¿cuánta mayor fuerza no tendrá ante el trono de Dios eterno la oración que elevan desde casi todos los rincones de la tierra no ya dos personas solamente, sino muchos millones de cristianos, especialmente unidos entre sí con lazos de caridad? Tanto más que en esta benemérita Unión, a las fervorosas plegarias de los socios se añaden actos de reparación, y a esta tarea de oración y reparación se aplican numerosos niños inocentes, quienes con el candor de sus almas, más fácilmente conmueven la divina misericordia, y se invoca a este fin la eficacísima intercesión de la Virgen Madre de Dios y se unen las plegarias y expiaciones colectivas a aquellas con las cuales el Sagrado Corazón de Jesús, al inmolarse en el augusto Sacramento del altar, ora al Eterno Padre por nosotros.
 
Naturaleza del Apostolado de la Oración
Porque este es el fin peculiar que se proponen los miembros de la Pía Unión: orar asiduamente por las necesidades de la Iglesia y procurar satisfacerlas con todas las fuerzas y mediante la oferta diaria a Dios de las oraciones, acciones y sufrimientos, transformar toda la vida propia en un continuo acto de impetración y reparación. Hay más: al presentar al Padre de las misericordias, por medio del Corazón Inmaculado de María, esta oferta, avalorada infinitamente por las plegarias del Divino Corazón de Jesús, a las cuales se une, cooperan no pocos, según su fuerza, a establecer y difundir cada vez más el reinado de Dios. Así pues, toda vez que el Apostolado de la Oración no tiende sólo a esta o aquella ventaja de la Iglesia, sino a procurar con todas las fuerzas la gloria de Dios y la salvación de las almas y toda vez que mantiene como lema aquellas palabras del Padrenuestro "Adveniat regnum tuum" ["Venga a nosotros tu reino"], se diferencia en esto clara y abiertamente de todos los otros piadosos sodalicios que engalanan a la fecunda Esposa de Jesucristo. Y para que este innumerable ejército de orantes no disperse fuerzas y sus armas sobrenaturales, sino que las concentre en un solo objetivo, cada mes se propone a todos los socios una doble intención, conocida, aprobada y enriquecida con celestiales bendiciones por el Romano Pontífice. A saber: una intención general y otra particular por la prosperidad y desarrollo de las misiones.
 
El Apostolado de la Oración acarrea copiosos frutos a los mismos socios
Pero no hay que pensar que esta laudable institución ponga su mira sólo en el bien de la Iglesia en general, ya que, como afirma nuestro predecesor, de santa memoria, Pío XI, desde el principio acarreó continuos y nutridos frutos de bien espiritual, también para cada uno de los agregados:
 
A) PROMUEVEN ELLOS LA PRÁCTICA DE LA ORACIÓN
Porque ella, según el dicho de "hay que orar siempre sin desfallecer nunca", estimula y mueve a todos los socios al uso de la oración.
 
B) FAVORECEN ELLOS EL ESPÍRITU SOBRENATURAL
Y mientras en nuestros días el falaz sistema llamado naturalismo intenta penetrar en todas partes y, bajo la forma llamada "herejía de la acción", procura insinuarse en los mismos métodos de vida espiritual y actividad apostólica, esta vuestra institución, con suma oportunidad y utilidad, recuerda a los cristianos aquel principio doctrinal que nos enseña como nada es el que planta y el que riega, sino sólo Dios da el crecimiento.
 
C) LOS INDUCE AL EJERCICIO DE UNA SÓLIDA PIEDAD
Además, esta vuestra Pía Unión instruye y dirige a sus miembros conforme a una piedad sólida y cálida, porque les aconseja a elevar y dirigir a Dios con rectitud de intención todas sus cosas, práctica que todos los grandes maestros de la vida espiritual la tienen por excelente y por uno de los principales medios de perfección espiritual. Asimismo, exhorta a todos a evitar las formas de piedad menos seguras y a promover, en cambio, el culto al Sagrado Corazón de Jesús, en el cual se contiene la esencia de toda la religión, y, por lo mismo, de la vida y la perfección. Inculca además, la veneración del augusto Sacramento de la Eucaristía, que debe considerarse como el centro sobre el que estriba toda vida cristiana, y la honra y el amor ferviente a la Virgen Madre de Dios y a su Corazón Inmaculado, que es base de insigne devoción. Ni falta en el Apostolado de la Oración un amor intenso al Romano Pontífice (...).
 
D) ES UNA AYUDA DEL APOSTOLADO DE LA ACCIÓN
De cuanto hasta ahora hemos dicho se puede fácilmente colegir, amado hijo, qué ventaja es esta Pía Unión, para dar incremento y hacer cada vez más gozosas la Acción Católica y las demás asociaciones que colaboran en el apostolado de la Iglesia. Porque es cierto que sin la ayuda de Dios, como se nos ha enseñado con fervorosas e incesantes plegarias, es vano se afanen los hombres. Pero, además, hay que reconocer que esta vuestra Pía Unión alimenta y desarrolla la vida interior, que nos mantiene continuamente unidos a Dios y que es el principio sobrenatural de todo apostolado verdadero y eficaz. (...).
 
E) FOMENTA LA UNIÓN DE LOS CORAZONES
Sobre todos en estos tiempos en que los pueblos, divididos por el odio y el antagonismo, se combaten tan encarnizadamente [en 1944 continuaba desarrollándose la IIª Guerra Mundial], el Apostolado de la Oración descuella por su oportunidad singularísima, y tiene una eficacia especial para conseguir y fomentar la unión de los ánimos; fomenta y procura, asimismo, la salvación de las almas; atrae eficazmente los corazones de sus socios, cualquiera que sea la nación, la raza y la lengua a que pertenezcan, a llevar a cabo, por medio de la misma oración común a todos, el mismo fin apostólico. (...). Pero esta fraterna unión de espíritus que une entre sí a sus socios halla su cumplimiento en Aquel que es Rey y centro de todos los corazones, en el Sagrado Corazón de Jesús, del cual ellos toman vida y brío para el apostolado, (...).
 
Gozo del Papa por la difusión del Apostolado de la Oración
Siendo tan abundantes los saludables frutos que el Apostolado de la Oración ha dado (...) no debe extrañar que nuestros predecesores lo hayan honrado con altos elogios. Y Nos mismo, (...), siempre que se nos presentó ocasión, manifestamos (...) nuestra benevolencia, no hace mucho en la encíclica "Mystici Corporis Christi" [n. 50, 29/6/1943], quisimos recomendarle encarecidamente como gratísimo aliado. (...).
 
Exhortación final
Seguid, pues, amados hijos que pertenecéis a esta Pía Unión, progresando día por día por un camino emprendido con tan buenos auspicios: continuad procediendo según vuestras fuerzas y propagando en todo lugar esa institución (...). Seguir usando con viva e intensa diligencia todos los medios que sirven para acrecentar y dilatar el reinado del Sagrado Corazón de Jesús. (...)".
 
Tomado del Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Santander, Año LXX nº 10 (19/10/1944), 191-198.
 
En Santander, 70 años después, 16 de junio de 2014.