lunes, 11 de agosto de 2008

Culto y cultura. Sobre una sociedad con presencia de Dios. R. Alvira

Hace ya dos semanas la Universidad San Pablo CEU se trasladó por unos días a Santander, como ya adelantamos en este blog. El altísimo nivel intelectual reinante durante los cuatro días que duró el curso de verano nos impregnó de la ciencia que desprendieron todos los ponentes.

Quiero hoy rescatar para nuestra memoria las líneas principales de la ponencia del jueves 31 por la tarde, en la cual tuve el honor de presentar a uno de mis maestros: el filósofo madrileño don Rafael Alvira, Catedrático de Historia de la Filosofía de la Universidad de Navarra, Director del Instituto Empresa-Humanismo, Profesor Titular de Metafísica de la Universidad Complutense, Profesor Extraordinario en múltiples universidades americanas, autor de 13 libros y de más de 200 artículos de su especialidad, entre otros muchos méritos.

En la presentación hice referencia al artículo "El atentado contra el domingo" del filósofo alemán Robert Spaemann (Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar. EIUNSA, Madrid, 2003, 264ss) en el que se reflexiona como hace unos años el Parlamento Alemán tuvo la pretensión de suprimir de su Ley Fundamental -es decir, su Constitución- el domingo como día de fiesta y de descanso, de manera que cada trabajador eligiese el día de la semana que quisiera para descansar. La propuesta presentaba falazmente que un día de fiesta colectivo iba en detrimento de los nuevos métodos de producción industrial y del creciente consumo (lo cual es falso técnica y científicamente).En este "atentado contra el domingo" -como lo llama Spaemann- se percibe la tendencia de una cultura absolutizada a disponer de todo en función de su propio gusto, "condenada" a contemplarse a sí misma cayendo en el subjetivismo y en las redes del relativismo moral. Así, el filósofo alemán, denunció que este proyecto de reforma de Ley Fundamental reduce el domingo como pausa o interrupción del trabajo, y no en su sentido originario de descanso contemplativo y de celebración.

Sirvan estas palabras para introducirnos en algunas de las ideas de la conferencia Culto y cultura. Sobre una sociedad con presencia de Dios que nos impartió brillantemente, una vez más, don Rafael Alvira:

- La palabra "moderno" procede del latín modernus: reciente, actual (término que procede a su vez de modus: modo, medida) y su connotación significa un estilo de hacer las cosas actualmente, es decir, ser moderno es vivir el ahora conforme a unas formas y unas maneras concretas, por lo que siempre han existido, existen y existirán modernos. El filósofo J. Pieper afirmaba que ser moderno es ser un vanguardista. Ser moderno es diferente que ser contemporáneo (que significa ser alguien de su tiempo, de su época, lo cual no quiere decir que viva igual). Ser moderado (que también procede de "modernus") significa hacer lo que uno debe en cada momento, y no el 50% bien y el otro 50% mal. Tampoco hay que olvidar que moda también deriva de la misma raíz etimológica que "moderno", por eso estar a la moda es actuar de acuerdo con un estilo actual de vivir.


- No hay Cultura sin Culto. No hay Culto sin Ocio. No hay Ocio sin Fiesta. Y, no hay Fiesta sin Sacrificio. [Por tanto, no hay Cultura sin Sacrificio]. [Alvira cita textos del último libro sobre Dios de R. Spaemann: Rumor inmortal].


- El Cristianismo vive conforme a la "moda", porque siempre ha creado un estilo propio de hacer las cosas. El Cristianismo es "moderado" porque hace lo que debe. Pero, parece que al Cristianismo le "cuesta", paradójicamente", ser "moderno". [Esto es imposible, de acuerdo con la argumentación anterior]. La Iglesia es moderna en tanto que presenta coherentemente a
Cristo contra los criterios del mundo.

- El Ocio es actividad del espíritu. Sentimos aburrimiento y tedio porque nuestro espíritu no está activo y porque no tiene un Ocio verdadero.

- La Cultura es la auténtica esfera de acción del Ocio. La verdadera Cultura vive desde el Ocio. No se puede ser culto sin tener ocio. [Nuestro espíritu no se desarrollará si no lo activamos con instructivas prácticas culturales].

- La Cruz es el único culto externo verdadero (Raztinger: La fiesta de la fe.
Desclée De Brouwer, 2007). Y el culto está relacionado con la Litúrgia.

- Pensemos esta regla de tres: El Culto es al tiempo, como el templo al espacio (J. Pieper). El culto es la acción que va más allá de la instrumentalidad (la utilidad buscada en el mundo). El templo es el espacio separado del mundo que busca sólo las cosas útiles para vivir.

- El que descubre el verdadero sentido del Culto, descubre lo que está más allá de lo meramente instrumental; por lo que ha sido capaz de transcender sobre el mundo y situarse por encima de él.

- Sacrificio significa regalo libre, y no aprovechamiento para un interés propio. Hacer Culto es renunciar a algo que no va en mi propio beneficio. Pensemos en esta paradoja: la amistad y el amor son las únicas "cosas" que se "tienen" precisamente cuando renunciamos a poseerlas.

- No hay Culto sin Sacrificio. No puede haber alegría verdadera en un mundo que sea sólo instrumental, que busque únicamente su propio beneficio. La alegría verdadera supone estár fuera de sí, lo cual supone no pensar en uno mismo sino en el otro, en el que te rodea. En ese momento habrá motivo de alegría y por tanto de fiesta. La fiesta no es un producto humano, sino que es un regalo (para el Cristianismo, y también para Nietzsche
).

- El trabajo me fastidia pero es menos aburrido que el placer (Baudelaire). Cuando el placer está desconectado de la verdadera alegría al final acaba aburriendonos y conduciéndonos al tedio.

- No hay fiesta que no viva del Culto: no hay Culto sin Dios. El Culto no sólo es de palabra (intelectual), también hace referencia al cuerpo (lo anímico, a la voluntad). Kant consideró que el Culto es racional, mas afirmar esto es desconocer la naturaleza humana. La Revolución Francesa propuso como único y verdadero Culto a la Razón Pura. Tras ella el concepto de "Culto" da un giro totalmente intelectual (olvidando su significado relacionado con la voluntad y con los sentimientos), llegando a pensar que no hay que educarlo. Los ateos de aquella época fueron más religiosos que los creyentes actuales porque ellos tubieron conciencia del valor del Culto.

- Hay falta de Educación porque hay falta de práctica de Culto, la cual procede de una ausencia de Sacrificio. Actualmente habrá mayor erudición pero menos cultura. En un mundo instrumentalizado no hay cabida para un Culto a Dios (Louis de Bonald).

En Barcelona, a 12 de agosto de 2008.

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