viernes, 26 de febrero de 2010

Educación diferenciada (II): Desarrollo de la personalidad

Tras realizar una Introducción, continuamos presentando razones en favor de la educación diferenciada como modelo pedagógico -sin entrar a debatir si la escuela mixta es mejor que la diferenciada-; una de ellas es que mejora el desarrollo de la personalidad de las alumnas y alumnos. ¡Desarrollémoslo con textos de la COFAPA (2004) que rescato para ti, amable lector. ¡Espero tus comentarios!

Las chicas maduran biológicamente y psíquicamente antes que los chicos, que consecuentemente resultan perjudicados en las aulas coeducativas (cada uno en su grado): las chicas tienen un rendimiento superior en la escuela secundaria y se da el caso de que muchos chicos disminuyen su rendimiento porque la comparación constane con las chicas provoca un comportamiento inhibitorio.

En centros mixtos el índice de fracaso académico entre los chicos se incrementa y suelen presentarse problemas de falta de motivación, frustración, ansiedad e incluso agresividad (cfr. R. W. Connell. "Teaching the boys: New research on masculinity and gender strategies for schools", Teachers College Record 98.2 (Winter 1996) 206-235; D. Kindlon y M. Thompson. Educando a Caín. Atlántida, Buenos Aires, 2000; C. Hoff Sommers. The war against boys: how feminism is harming our young men. Simon & Schuster, New York, 2000; L. Yates. "Gender Equity and the boys debate: What sort of challenge is it?", British Journal of Sociology of Education 18.3 (1997) 337-347).

El hecho es que los problemas educativos entre los varones aumentan, hasta el punto que el prestigioso psiquiatra Kraemer ha acuñado el concepto de vulnerabilidad masculina para explicar esta situación (cfr. S. Kraemer. "The fragile male", British Medical Journal (23/XII/2000) 1609-1612.

Esas dificultades en las aulas mixtas pueden explicarse por el hecho de que las actitudes habituales y el comportamiento espontáneo de las chicas presentan ventajas en el ámbito escolar -suelen ser más tranquilas, disciplinadas y ordenadas (a tenor de su mayor madurez)-, mientras que los chicos les supone un esfuerzo mayor adaptarse a los moldes establecidos en las aulas. En una clase mixta surgen inevitablemente las comparaciones y los varones suelen ser tildados de violentos, agresivos, inadaptados o desmotivados. Por contra, un estudio realizado a 1.331 chicas por la Asociación Americana de Mujeres Universitarias (AAUW) señala que en los centros de educación mixta el género femenino recibe una atención menor por parte de sus profesores, al tiempo que se sienten menos estimuladas para lograr sus metas (cfr. American Association of University Women. How schools shortchange girls. Washington D. C., 1992).

Lee y Bryk han encontrado que las mujeres adultas educadas en escuelas para chicas tienen una actitud menos estereotipada en relación a los roles de género, y un autoconcepto más elevado (cfr. V. E. Lee y A. S. Bryk. "Effects of single-sex secondary schools on student achievement ans attitudes", Journal of Educational Psychology 78 (1986) 381-395). Cairns, en un estudio con 2.295 estudiantes irlandeses, obtuvo un resultado semejante y constató mejor competencia cognitiva, autoconcepto y control interno (cfr. E. Cairns. "The relantionship between adolescent perceived self-competence and atendance at single-sex secondary school", British Journal of Educational Psychology 60 (1990) 207-211).

Eder señala que la presencia constante de chicos en el aula dificulta las amistades entre las alumnas (cfr. D. Eder. "The cycle of popularity: Interpersonal relations among female adolescents", Sociology of Education 58.3 (1985) 154-195). El liderazgo, la autoconfianza de las chicas y la capacidad de mantener unas relaciones mejores con las compañeras y el profesorado, mejoran significativamente en centros exclusivamente femeninos (cfr. F. A. Mael. "Single-sex and coeducational schooling:Relationships to socioemotional and academic devolopment", Review of Educational Reseach 68.2 (1998) 101-129; N. M. Monaco y E. L. Gaiger, "Single-sex versus coeducational environment and achievementin adolescent females", Adolescence 27 (1992) 579-594; A. W. Astin. "On the failure of educational policy", Change (1977) 40-45; D. G. Smith. "Women's collegs and coed colleges: Is there a difference for women", Journal of Higher Education 61.2 (1990) 181-197).

Llegados a este punto podemos afirmar que la igualdad de oportunidades se favorece desde la educación diferenciada, hecho que se erige como poderosa razón para que los padres, en uso de su derecho, elijan centros diferenciados para sus hijos.

En Santander, a 26 de febrero de 2010.

1 comentario:

Alfredo Alonso dijo...

Un aviso para navegantes.
En esta serie de post no entramos a valorar si se debe conservar el concierto de los colegios con educación diferenciada.

Estos post están orientados para familiarizarnos con el modelo pedagógico de la escuela diferenciada, a tenor del desconocimiento que algunas personas, quizá irresponsablemente, demuestran o están forzadas a demostrar.

Alfredo Alonso