viernes, 31 de julio de 2009

Para militar fielmene en la Compañía de Jesús....

Fórmula del Instituto de la Compañía de Jesús aprobada por el Papa Julio III con la bula Expocit Debitum n. 1 (21/VII/1550).

1. Todo el que quiera militar para Dios bajo el estandarte de la cruz en nuestra Compañía, que deseamos se distinga con el nombre de Jesús, y servir solamente al Señor y a su Esposa la Iglesia bajo el Romano Pontífice, Vicario de Cristo en la tierra, persuádase que, después del voto solemne de perpetua castidad, pobreza y obediencia, es ya miembro de esta Compañía, fundada principalmente para emplearse en la defensa y propagación de la fe y en el provecho de las almas en la vida y doctrina cristiana, sobre todo por medio de las públicas predicaciones, lecciones y cualquier otro ministerio de la palabra de Dios, de los Ejercicios Espirituales, de la doctrina cristiana a los niños y la gente ruda, y del consuelo espiritual de los fieles, oyendo sus confesiones y administrándoles los otros sacramentos. Y, con todo, se muestre disponible a la pacificación de los desavenidos, el socorro de los presos en las cárceles y de los enfermos en los hospitales, y al ejercicio de las demás obras de misericordia, según parece conveniente para la gloria de Dios y el bien común; haciendo todo esto gratuitamente, sin recibir estipendio alguno por su trabajo.

En Santander, celebrando la memoria de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, a 31 de julio de 2009.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Alfredo, encantada de encontrarte y reflexionar contigo. Me parece(si no me corriges)que no te gustan mucho los SJ. A mi me pasa al contrario.Creo que cumplen fielmente la Fórmula de 1550 que transcribes.Si tuvieramos que cumplir nosotros leyes de 1550... Creo que la Iglesia es plural y así debe de reconocerse, no hay
y unos mejores que otros. Nadie tiene el monopolio de Dios. Y dogmas como tú sabes mucho mejor que yo no hay tantos.
Antes de ir al curso de Laredo, estuve en Gandía cuna como sabes de la familia Borja, en un curso sobre la Historia de la Compañia desde Francisco hasta la actualidad. Conocí a significados miembros de la Compañia, todos de una gran altura intelectual y moral con unas vidas absolutamente comprometidas con los demás.¿Te acuerdas que tomando un café comentamos lo importante de que haya buenos curas? Ese espíritu moderno que tienen es para mí un valor añadido.Un abrazo, Beatriz

Alfredo Alonso dijo...

Hola Beatriz, ¡encantado de ser encontrado!

Una vez más, para mí, es un lujo poder reflexionar juntos, ya lo sabes.

Lo primero es, como me pides, una pequeña corrección. Igual no he sabido expresar bien el sentido de publicar este post. Precisamente porque tengo en muy ALTA ESTIMA A LA SOCIEDAD DE JESÚS lo he "colgado". El día 31, día de la publicación, celebramos, como sabes, la memoria de san Ignacio de Loiola (al cual tengo la intención de colaborar en todo lo que me sea posible para que le nombren Doctor de la Iglesia). No sé de donde has derivado que no me gusten..
Mi formación durante la adolescencia es casi netamente jesuítica (de algún modo tuve que completar mis estancias en los colegios públicos...), por lo que entenderás que valoro, por no decir asumo el estilo de vida de la Compañía (me llegaron a ofrecer trabajar en sendos colegios suyos en Tudela y Pamplona pero esto es otra historia...).

Al publicar esta "Fórmula" que oportunamente encontré un una de mis lecturas quise compartirla, además de contigo, con aquel que se pasee por este blog, precisamente porque me pareció una "hoja", un texto digno de ser rescatado de los libros para hacer peremne su contenido a nuestros días.

Totalmente de acuerdo contigo con que nadie tiene el monopolio de Dios.

El tercer general de la SI fue Francisco de Borja, por lo que está más que justificado que el curso hubiera sido allí. Y totalmente en tu línea reconozco y conozco a eminentes y sabios jesuitas, ¡sólo faltaría que no lo fueran! La esencia de los miembros de la Compañía es ser apóstoles comprometidos con la sociedad, militando en primera línea y con gran virtud bajo la Bandera del Sumo y Gran Capitán, Jesucristo, alentados por la ignaciana fórmula de "en todo amar y servir a Su Divina Majestad".

Buenos curas, ¡efectivamente! Lo comentamos varias veces, y si además llegan a ser santos, ¡mejor! Ya puestos a pedir, mejor que vivan las virtudes en grado heroíco, ¿no?

Un abrazo para todo Castellón, uno muy fuerte para ti, desde la ciudad condal,

Afredo Alonso