sábado, 28 de mayo de 2016

Adquirir criterios, vivir valores: retos de la educación. VI Jornadas Católicos y Vida Pública en Cantabria


Santander acogió los días 27 y 28 de junio de 2016 las VI Jornadas Católicos y Vida Pública en Cantabria bajo el título: “Adquirir criterios, vivir valores: retos de la educación”, actividad organizada por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo CEU.
La tarde del viernes 27 arrancó con la visita guiada del IES Santa Clara ‒institución educativa de referencia en Cantabria que este año cumple su primer centenario‒, en cuyo emblemático paraninfo se inauguraron las Jornadas por parte de su director, Rafael Ortega Benito, y por Alfredo Alonso García, consejero nacional y secretario del Centro de Santander de la ACdP (incluyo a continuación mi intervención).

"Buenas tardes. Nuestra sociedad española durante estos últimos años acumula experiencia de lo que supone sufrir en sus “propias carnes” la gravedad de la crisis económica. Y parece que el hecho de salir de ella, todavía a pesar de nuestro tenaz empeño, se nos está resistiendo.
Esta debacle de la economía global es consecuencia de una crisis de mucha mayor profundidad, desencadenada ‒entre otras causas‒ por “cantos de sirena” lanzados por el relativismo que ha logrado seducir a nuestra actual sociedad contemporánea, inoculándola sutilmente afirmaciones que propugnan la inexistencia de principios absolutos y el “todo es lo mismo”, y erigiéndose además como la manera de pensar “de moda”, sin posibilidad de que ningún otro tipo de pensamiento se le oponga, siempre que no quiera salirse de lo “políticamente correcto”.
Consecuentemente el relativismo ‒auténtica “filosofía de la sospecha”‒ ha provocado una notoria ausencia de criterios y de valores personales a cambio de la ilusoria conquista de una mayor “libertad”.
Consciente de la necesidad de imprimir un cambio de rumbo en el devenir de nuestro tiempo, el sentir unánime de nuestra sociedad considera que la educación resulta una tarea no solo importante, sino también urgente.
Esta clarividencia de la ciudadanía “de a pie” contrasta con la paradójica “ceguera” de dirigentes políticos para abordar con seriedad la dirección y gestión efectiva del entramado de la enseñanza en España.
Así queda manifiesta su incapacidad de entablar el necesario diálogo para resolver esta cuestión ‒como se ha podido comprobar hasta ahora y a pesar de llamarse “políticos”‒, al encontrarse “entretenidos” en sus intereses partidistas, sociológicamente lejos de “arrimar el hombro” ante la clamorosa demanda de padres y de docentes de un único y común modelo educativo que resuelva el problema de raíz.
Este panorama solo puede ser transformado por la riqueza que es capaz de transmitir la educación familiar y docente.
La unión de familia y “la escuela” es el genuino ámbito donde promover la conformación de principios que den sentido a la vida y de maduras pautas de actuación, cultivar las facultades intelectuales, desarrollar la capacidad del recto juicio y de una ética-moral, prepararse para la vida personal y laboral, etcétera.
La familia, en su calidad de primera comunidad social y de primera escuela, merece un especial reconocimiento.
Dentro de la familia se enseñan y se transmiten criterios y valores culturales, éticos, sociales y espirituales, se reciben los primeros afectos y seguridades, y se adquieren las primeras nociones sobre la verdad y el bien.
Todo esto resulta tan necesario como útil para estimular el crecimiento de nuestro ser personal y para comenzar a tomar contacto con el natural proceso de socialización, al que por naturaleza estamos llamados, ya que interactuar en sociedad forma parte de nuestra manera de ser.
La importancia de “la escuela” no desplazarse a un segundo plano. Nuestra civilización mantiene su progreso y su esperanza gracias a la inestimable labor de maestros y profesores de todos los niveles (colegios, institutos, universidades), y que diariamente se entregan dedicados al esmero y promoción de la formación humana y profesional de sus alumnos.
Así, la actual sociedad española se encuentra ante la crucial misión de preparar a las personas que la conforman: dotándoles de criterios y facilitándoles la adquisición de valores que permitan a hombres y mujeres vivir plenamente en libertad y sin determinantes, sin dejar por ello de reconocerse su dimensión transcendente por medio de su fe y como parte integrante natural de la persona humana.
Todos estos aspectos representan los más inmediatos retos y objetivos que a la educación se le presentan y que, en síntesis, se perfilan en torno a la formación integral de la persona.
Se vislumbra la urgente necesidad de que la comunidad educativa (padres, docentes, Administración…) reflexione y actúe cómo mejorar realmente la calidad de nuestro sistema educativo y, en consecuencia, cómo alcanzar la anhelada excelencia de los estudiantes (a la postre futuros trabajadores).
Estos desafíos han de afrontarse con rigor porque nos afectan más directamente de lo que nos creemos, motivo por el que la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU quiere invitarles en esta sexta edición de las Jornadas Católicos y Vida Pública en Cantabria a reflexionar pausadamente para una posterior eficaz actuación, a propósito de la trasmisión y adquisición de criterios y de valores, pues bien merece que no nos demoremos más, por el bien de nuestro presente pero también de nuestro futuro, sabiendo que la responsabilidad de educar y de buscar el bien común de la sociedad es una labor de todos. Muchas gracias".

Tras el acto de inauguración se disfrutó de una magistral y sugerente conferencia inaugural: “Encrucijada de la educación actual: entre el vértigo y la esperanza”, que impartió el catedrático de Filosofía de IES y consejero titular del Consejo Escolar del Estado Juan Antonio Gómez Trinidad, presentado por Antonio de los Bueis Güemes, profesor de Filosofía del propio IES Santa Clara. El evento contó con una participación de personas mayoritariamente relacionadas con la educación, con la destacada asistencia de representantes de partidos políticos, de la directora del área de Alta Inspección de Educación de la Delegación del Gobierno en Cantabria y del delegado diocesano de Apostolado Seglar.

Las Jornadas prosiguieron al día siguiente 28 de mayo con una Eucaristía presidida por el obispo de Santander, monseñor Manuel Sánchez Monge, en la parroquia de Santa Lucía: templo donde fue bautizado el siervo de Dios Ángel Herrera Oria, a la sazón primer presidente de la ACdP.

Seguidamente los actos se trasladaron al Ateneo de Santander, allí Francisco Sierra Fernández ‒intérprete de Lengua de Signos de IES‒ presentó al escritor y profesor de Antropología Filosófica de la Universidad de Navarra José Ramón Ayllón Vega, quien entusiasmó al auditorio allí congregado confiándole sus “Diez claves para la educación”.

Terminadas las dos ponencias llegó el momento para el debate, protagonizado por las mesas redondas que moderó Javier Almagro García, socio del Centro de Santander de la ACdP. La primera mesa reflexionó sobre los desafíos que se le ofrece a la actividad educativa vistos desde la óptica de los reconocidos profesionales docentes que integraban la mesa: Mª Rosa Blanco Castañeda -directora del Colegio Cumbres-, José Manuel Cabrales Arteaga -director del IES José Mª Pereda- y Fernando Etayo Gordejuela -profesor titular de la Universidad de Cantabria-.

La segunda mesa redonda estuvo compuesta por representantes de la comunidad educativa (Administración, docentes, padres): Roberto González González ‒jefe de la Unidad Técnica de Innovación Educativa del Gobierno de Cantabria‒, José Manuel Ruiz Varona ‒director del CEP Cantabria‒, Carmen López-Rendo Rodríguez ‒secretaria general de la CONCAPA Cantabria‒ y Mª Victoria Venero Gómez ‒presidenta de Escuelas Católicas Cantabria‒. Sus intervenciones, desde el rigor de sus respectivos ámbitos, ofrecieron propuestas para mejorar la práctica educativa, suscitando entre los presentes un animado coloquio, centrado principalmente en casos de nuestra Comunidad Autónoma así como en la importancia de la conformación de buenos y competentes equipos directivos que sepan conducir y armonizar la siempre compleja tarea educativa.

Las Jornadas quedaron clausuradas con las intervenciones de Rafael Ortega y de Alfredo Alonso, y con la lectura de un MANIFIESTO que reafirma el compromiso de la ACdP con la Educación, teniendo en la familia y en “la escuela” el genuino ámbito donde estimular el desarrollo de criterios y de vivir valores, sabiendo que la responsabilidad de educar y de buscar el bien común de la sociedad es una labor de todos.


MANIFIESTO DEL CENTRO DE SANTANDER DE LA ACdP TRAS LAS VI JORNADAS CyVP EN CANTABRIA DEDICADAS A EDUCACIÓN

El Centro de Santander de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), de la que fuera su primer presidente un santanderino: el siervo de Dios Ángel Herrera Oria, tras la celebración en esta ciudad los días 27 y 28 de mayo de las VI Jornadas Católicos y Vida Pública en Cantabria, dedicadas a la siempre importante temática de la educación bajo el título: Adquirir criterios, vivir valores: retos de la educación, manifiesta que:
- La actual sociedad española -inmersa todavía en las consecuencias de una debacle económica de carácter global- se encuentra ante la existencia de una crisis de aún mayor profundidad: una crisis de principios y de valores personales, de la que se puede recuperar si se fortalece la perenne riqueza de la tarea educativa familiar y docente.
- La familia y “la escuela” (colegios, institutos, universidades) es el genuino ámbito donde promover la conformación de principios que den sentido a la vida, cultivar las facultades intelectuales, desarrollar la capacidad del recto juicio y de una ética-moral, y prepararse para la vida personal y laboral.
- Nos encontramos ante la crucial misión de preparar personas, de dotar de criterios y de facilitar la adquisición de valores que permitan a hombres y mujeres vivir plenamente en libertad y sin determinantes, sin dejar por ello de reconocerse su particular dimensión transcendente, por medio de su fe y como parte integrante natural de la persona humana.
- Nuestro compromiso con la sociedad cántabra, y por extensión también con la española, nos mueve a estimular toda actividad que transmita el desarrollo de criterios y de vivir valores; una labor que bien merece no demorarla más, por el bien de nuestro presente pero también de nuestro futuro, sabiendo que la responsabilidad de educar y de buscar el bien común de la sociedad es una labor de todos.


En Santander, a 28 de mayo de 2016.

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