jueves, 9 de abril de 2009

Evangelium vitae. JPII (XIV): El Evangelio de la Vida se cumple en la Cruz

Este Jueves Santo os rescato un importante fragmento, para nuestra formación, de la carta encíclica Evangelium vitae de Juan Pablo II (1995). Este texto, en la línea de la encíclica, destaca el singular valor y el carácter inviolable de la vida humana. Las reflexiónes del Papa Magno, a partir del versículo evangélico Jn 19, 37 en el que se subraya el papel de la Cruz, y que vienen a continuación nos revelan la maravilla del amor de Dios por la vida del hombe, o por lo menos, yo así lo pienso. Las negritas son mías. ¡Espero tus comentarios!

«Mirarán al que atravesaron» (Jn 19, 37): en el árbol de la Cruz se cumple el Evangelio de la vida

50. (...), quisiera detenerme [-confiesa Juan Pablo II-] con cada uno de vosotros a contemplar a Aquél que atravesaron y que atrae a todos hacia sí (cfr. Jn 19, 37). Mirando «el espectáculo» de la cruz (cfr. Lc 23, 48) podremos descubrir en este árbol glorioso el cumplimiento y la plena revelación de todo el Evangelio de la vida.

En las primeras horas de la tarde del Viernes Santo [-que no hace mucho hemos vivido-], «al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra (...) El velo del Santuario se rasgó por medio» (Lc 23, 44.45). Es símbolo de una gran alteración cósmica y de una inmensa lucha entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, entre la vida y la muerte. Hoy nosotros nos encontramos también en medio de una lucha dramática entre la «cultura de la muerte» y la «cultura de la vida». Sin embargo, esta oscuridad no eclipsa el resplandor de la Cruz; al contrario, resalta aún más nítida y luminosa y se manifiesta como centro, sentido y fin de toda la Historia y de cada vida humana.

Jesús es clavado en la cruz y elevado sobre la tierra. Vive el momento de su máxima «impotencia», y su vida parece abandonada totalmente al escarnio de sus adversarios y en manos de sus asesinos: es ridiculizado, insultado, ultrajado (cfr. Mc 15, 24-36). (...).

Con su muerte, Jesús ilumina el sentido de la vida y de la muerte de todo ser humano. Antes de morir, Jesús ora al Padre implorando el perdón para sus perseguidores (cfr. Lc 23, 34) (...). La salvación realizada por Jesús es don de vida y de resurrección. (...).

51. Existe todavía otro hecho concreto que llama mi atención y me hace meditar con emoción: «Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: “Todo está cumplido”. E inclinando la cabeza entregó el espíritu» (Jn 19, 30). Y el soldado romano «le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua» (Jn 19, 34).

Todo ha alcanzado ya su pleno cumplimiento. La «entrega del espíritu» presenta la muerte de Jesús semejante a la de cualquier otro ser humano, pero parece aludir también al «don del Espíritu», con el que nos rescata de la muerte y nos abre a una vida nueva. (...).

Él, que no había «venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10, 45), alcanza en la Cruz la plenitud del amor. «Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15, 13). Y El murió por nosotros siendo todavía nosotros pecadores (cfr. Rm 5, 8). (...).

También nosotros estamos llamados a dar nuestra vida por los hermanos, realizando de este modo en plenitud de verdad el sentido y el destino de nuestra existencia.

Lo podremos hacer porque Tú, Señor, nos has dado ejemplo y nos has comunicado la fuerza de tu Espíritu. Lo podremos hacer si cada día, contigo y como Tú, somos obedientes al Padre y cumplimos su voluntad. Por ello, concédenos escuchar con corazón dócil y generoso toda palabra que sale de la boca de Dios. Así aprenderemos no sólo a «no matar» la vida del hombre, sino a venerarla, amarla y promoverla.

En Santander, Jueves Santo, a 9 de abril de 2009

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Amigo Alfredo, me siento orgulloso de conocerte y de leerte en estas fechas de profunda reflexión. Tus artículos nos ayudan a comprender la realidad que nos ha tocado vivir.

Un fuerte abrazo para ti, Cristina y María desde Port del Comte( pirineo catalán )

Alfredo Alonso dijo...

Estimado amigo,

Gracias por tu gentil y sincero comentario.

Ciertamente, nos tocan momentos de reflexión que oportunamente, espero, nos ayuden a mejor entender, como dices, la Sociedad en la que nos ha tocado "luchar" para ser felices, fin último de la vida humana.

Un abrazo y un saludo enorme a todo el Pirineo catalán, un paraiso en la tierra,

Alfredo Alonso