martes, 20 de enero de 2009

El lento despertar del letargo de los sindicatos

Por todos es conocido que durante la primavera, el verano y parte del otoño los osos acumulan la energía suficiente, gracias a los suculentos alimentos que logran cazar, para poder sobrevivir al invierno durante en el que invernan -duermen- en profundo letargo en sus cuevas, a la espera de que llegue de nuevo la primavera para despertar y así volver a atrapar nuevas y sabrosas “viandas” con qué nutrirse.

Por analogía, este tipo de natural comportamiento animal se puede extrapolar a los sindicatos. ¡Pero, ojo, qué nadie se sienta menospreciado con estas palabras pero sí, al menos, interpelado!

Los sindicatos, como los osos, son grandes, representan un símbolo idílico para el pueblo y, además, poseen mucha fuerza a la hora de efectuar cualquier movimiento.

Efectivamente, los sindicatos son un colectivo grande en razón del gran número de trabajadores al que representan desde su creación. Los sindicatos representan un icono cuasi-religioso para el pueblo porque recibe, gracias a sus negociaciones y demandas ante los empresarios y el Estado, los derechos de los trabajadores que conforman el pueblo. Y, por último, los sindicatos, cuando se lo proponen, disponen de una fuerza de convocatoria y de movilización de la sociedad que muchas organizaciones políticas quisieran para sí.

Los sindicatos, como los osos, no hacen uso de sus cualidades anteriormente destacadas mientras invernan en plácido sueño. Lo que supone que previamente han cazado los alimentos necesarios para sobrevivir. En el caso de los sindicatos, son las subvenciones estatales y el pago de las cuotas, fruto de la confianza de la fidelidad de sus afiliados.

Se debe notar ya la crisis en las organizaciones sindicales porque desde que “oficialmente” el Gobierno confesó que estamos en “crecimiento negativo” el sábado pasado (17 de enero) fue la primera vez que los sindicatos (CC. OO., si no estoy mal informado), salieron a las calles para revindicar que se tomen medidas coherentes para solucionar el futuro de los trabajadores y de las empresas. Zaragoza acogió esta primera marcha denunciando públicamente -por si alguno aún no se había enterado- que hay despidos, ERE’s, congelación de sueldos, recortes de plantilla, reestructuración de gastos… Zaragoza vio como los sindicatos, los osos, despertaron de su letargo para exigir dignidad para los trabajadores y sus empleos. ¿Volverán a esconderse los sindicatos, los osos, en sus “cuevas” para dormir de nuevo o ya se habrán dado cuenta de que hay que salir a las calles a demandar soluciones?

En Barcelona, a 20 de enero de 2009.

Publicado en España liberal y en Cope.es.

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