viernes, 23 de enero de 2009

Los siete magníficos (del EuroPP) a la espera de más valientes

El pasado 14 de enero en la cámara del Parlamento Europeo en Estrasburgo tuvo lugar la aprobación de la Resolución sobre la situación de los derechos fundamentales en la Unión Europea. Lo sorprendente de esa Resolución es que se aceptan como derechos fundamentales de las personas el aborto, la eutanasia, el matrimonio entre homosexuales y el consumo de drogas (cfr. nn. 60. 71. 75. 150. 167). ¿Pero a qué se dedican nuestros europarlamentarios? ¿Dónde han abandonado el sentido común?

¿Desde cuando abortar es un derecho de la persona? Al menos en España, que yo sepa, con la Ley del 1985 en la mano, el aborto es un delito, despenalizado en 3 supuestos. Si es un delito, consecuentemente no es un derecho, y los delitos son castigados.
Es sabido y reconocido por la ciencia biológica y médica que el ser vivo que crece y vive en el seno materno es una persona. Así abortar es matar a un ser vivo, lo que significa un delito. Y, por tanto y coherentemente, el acto de abortar no puede elevarse a la categoría de derecho fundamental de la persona.

De lo mismo podemos decir del resto de las cuestiones arriba citadas como si fueran lo más natural del comportamiento humano. ¿Acaso consumar una eutanasia, es decir, llevar a cabo la muerte de una persona es un derecho fundamental? ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Desde cuando ayudar a que una persona muera forma parte de la Ley natural, la más humana de las Leyes posibles? ¿Acaso consumir en exceso drogas es un derecho fundamental? ¿Desde cuándo drogarse, matarse, es un derecho? ¿Están locos estos "parlamentarios" -parafraseando a Obelix-?

En ese Parlamento no se han enterado quién es el hombre y cuáles son sus necesidades reales. Es más, se están inventando un modelo de hombre y con sus Leyes pretenden condicionar su comportamiento y costumbres. Su "oculto" propósito responde a ideologías perniciosas que en el fondo no buscan la felicidad y auténtica libertad del hombre. ¡Esas pseudo-filosofías quieren "crear" un hombre "inhumano"!

Pues bien, en este contexto sólo 7 europarlamentarios de nuestra representación española en el Parlamento Europeo han votado en contra de esta Resolución, acertadamente pues es conforme al sentido común y el Bien común del hombre. Esos europarlamentario pertenecen al grupo del Partido Popular Europeo. Hasta aquí, quizá nada sorprendente porque este partido sostiene los principios del Humanismo cristiano que defienden la importancia de los valores que respetan la dignidad del hombre hasta el punto de darle plenitud al mismo. Lo sorprendente viene ahora. Este Grupo Parlamentario está formado por 24 diputados. Pues bien, de estos ¡11 votaron a favor de esa Resolución! ¿Es que estos 11 no he han leído el programa ideológico de su partido? ¿Es que estos 11 no representan a aquellos votantes que les han votado porque defienden precisamente unos principios concretos? ¡Una lástima que con su irresponsabilidad no hayan sabido defender las ideas de muchos de sus votantes que creen en un modelo concreto de vida y que con esta decisión han quebrado su confianza!

¡Esos 7 eurodiputados son magníficos! Y son Jaime Mayor, José I. Salafranca, José Javier Pomés, Pilar Ayuso, Cristina Gutiérrez, Luis Herrero y Carlos J. Iturgáiz. ¡Los 7 magníficos! Son 7 valientes que decidieron defender los principios de sus votantes, decisión difícil de tomar por el "qué dirán" de sus otros 11 compañeros. No me cabe la menor duda que estos 7 esperan que haya más valientes que se les junten a ellos para defender un mejor modelo de organización política.

En Barcelona, a 23 de enero de 2009.

Publicado en España liberal y en Cope.es.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo comentarte que me parece estupendo la defensa de la vida, a excepción de casos, muy, muy concretos (por ejemplo,una malformación del feto tan sumamente grave que la criatura que vaya a nacer viva una existencia, él y sus padres tremenda). Pero casos muy puntuales y en todo caso, raros.
Estoy de acuerdo con tu punto de vista y el de esos parlamentarios europeos en cuanto a la eutanasia. Nadie puede quitarse la vida bajo ningún medio. Sino, ¿¿cúantos hombres y mujeres hubiesen arrojado ya la toalla y sin embargo viven, aún en una cama o una silla de ruedas hasta el fin de sus días, dándose a los demás en todo lo que pueden y saben??
Y respecto al asunto de las drogas, no estoy seguro de que algunos crean que es un derecho que los hombres se puedan arrogar. Pues, ¿¿qué es la droga, sino significado de muerte, lenta o rápida, pérdida de la dignidad de la persona en casi toda la extensión de la palabra??.
En lo que estoy en desacuerdo contigo es en el punto que se refiere al matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Pienso que es posible, pues está demostrado biológicamente que hay personas cuya sexualidad no es heterosexual, como puede ser la mayoría de los seres humanos. Ya han estado mucho tiempo estigmatizados por su condición homosexual o lesbiana y no veo porqué no pueden contraer matrimonio, si se aman ,al igual que un hombre y una mujer se sienten atraídos y también forman una pareja.
Un saludo.

Alfredo Alonso dijo...

Gracia por tu comentario!!

Para valorar y situarse respecto a estos delicados temas sociales, creo que el mejor modo de acertar es no caer en particularismo, sino establecer criterios generales que nos permitan emitir el juicio más auténtico, verdadero y real posible.

Como tú, en contra de lo que me dices, no tengo nada en contra de las uniones homosexuales. Cada persona es libre, por lo que no seré yo quién juzgue a las personas, y ¡mucho menos su vida íntima, especialmente la sexual!

Creo que la cuestión es mucho más profunda.

Las palabras con las que hablamos nos remiten al significado que atribuimos a las realidades que usamos en la vida cotidiana. Si no lo hiciésemos así, no habría manera de entendernos ni de ponernos de acuerdo entre nosotros, pues cada uno llamaría cada realidad como cada uno quisiera.

Por ejermplo. Cuando decimos "hombre" (del griego "ánthopos", que incluye al hombre varón, "anér", y al hombre mujer, "gyné"), entendemos "animal mamífero racional", porque al definir la realidad "hombre" hemos acordado darle ese significado.

Del mismo modo ocurre con la palabra "matrimonio" con la que evocamos a "la unión entre un hombre y una mujer".

Este término, así definido (y las definiciones no se improvisan, sino que son fruto de pausadas y lentas reflexiones), no es afortunado para designar la unión entre homosexuales.

La Ley de matrimonio homosexuales aprobada en la legislatura pasada utiliza mal el lenguaje, creando, como así ha sido, confusión y malestar social. ¡Ojo!, esta explicación no está en la línea de privar a los homosexuales a unirse entre ellos, ni adquirir derechos en razón de su convivencia, etc., sino que quiere ir a la raíz de la discusión, a saber, que cada realidad se la llame por su nombre, y que no se confundan a las personas. ¡Eso sí que es una lacra para nuestra Sociedad!

Reitero mi agradecimiento por tus comentarios.De verdad me son muy valiosos.

Un saludo, Alfredo Alonso