jueves, 8 de enero de 2009

La financiación autonómica, ¿una utopía?

Hace poco más de un mes –seguro que lo recuerdas– comenzamos la celebración de los 30 años de nuestra Constitución con el desafortunado grito de “muerte al Borbón” a cargo del diputado catalán Tardà. Si comenzamos así ¿te puedes imaginar cómo podremos terminar? ¿Acaso forzaremos a golpe de los “rebuznos” de nuestros polítcos la muerte de la España de las Autonomías que nuestra joven Constitución consagra?

Ayer, miércoles 7, el Presidente del Gobierno se ha entrevistado con diferentes Presidentes autonómicos para negociar el nuevo modelo de financiación autonómica. Los resultados de estas reuniones no podían ser más opuestos. El Presidente de Cantabria, M. A. Revilla, ha salido de la Moncloa “lanzando piropos” a la nueva estrategia de financiación que Zapatero le ha presentado. Nada más lejos que su homólogo de La Rioja, P. Sanz, que en la comparecencia de prensa ha despotricado abiertamente contra él. Señor Presidente, no se puede quedar bien con todos, especialmente cuando se dialoga del dinero que sufraga la supervivencia de los 17 Gobiernos Autonómicos. Sobrado motivo para caldear los ánimos hacia una “guerra autonómica”, porque ningún Presidente (coherente y que luche por su tierra) se dará por satisfecho con la primera partida presupuestaria asignada a su Comunidad.

Otra guinda que adorna el pastel político. En el Anteproyecto de Ley de Reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha –que se está redactando actualmente– se puede leer que las competencias de su Junta emanan de la Constitución, de su Estatuto de Autonomía y del pueblo castellano manchego. Si leemos detenidamente esta última afirmación deberíamos preguntarnos cómo es posible que los redactores legisladores escriban algo así porque es íntegramente contradictoria con la misma Constitución en que se fundamentan. ¿No establece nuestra Carta Magna que las Leyes están legitimadas en virtud de la soberanía del pueblo español, y no por otras realidades sociales?

Entonces, ¿cómo nuestros legisladores pueden afirmar que el Estatuto castellano-manchego está fundamentado por el pueblo “castellano-manchego”? Con todo, cabe interrogarnos si existe la realmente ese pueblo como entidad sociológicamente diferenciada del pueblo español. Y si fuera así ¿con qué autoridad “ese” pueblo puede saltarse el pacto que nuestra Constitución establece para erigir una Ley de carácter nacional?

En Barcelona, a 8 de enero de 2009.

Publicado en España liberal y en Cope.es.

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