lunes, 2 de febrero de 2009

Christifideles laici. JP II (XXIV): Colaboradores de la educación

El fragmento de este lunes continua con nuestra reflexión de los lunes pasados sobre la importancia de la formación intelectual y moral para nuestro propio beneficio, en razón de nuestro crecimiento personal. Hoy te presento a los colaboradores de esa, nuestra formación, tan importantes para nuestro itinerario para alcanzar la madurez personal. Pues no podemos olvidarnos que somos seres sociales por naturaleza y no podemos separar nuestra educación de nuestras relaciones en Sociedad. Así nuestros ambientes sociales, culturales, educativos, deportivos, religiosos y personales nos influyen en nuestra formación, la cual se desarrollará y se condicionará (que no determinará) en función de los ideales, principio y valores personales que se vivan en esos ambientes. El texto corresponde a la exhortación apostólica Christifideles laici de Juan Pablo II (1988). Los subrayados son míos. ¡Espero tus comentarios!


Colaboradores de Dios educador

61. ¿Cuáles son los lugares y los medios de la formación cristiana de los fieles laicos? ¿Cuáles son las personas y las comunidades llamadas a asumir la tarea de la formación integral y unitaria de los fieles laicos?


Del mismo modo que la acción educativa humana está íntimamente unida a la paternidad y maternidad, así también la formación cristiana encuentra su raíz y su fuerza en Dios, el Padre que ama y educa a sus hijos. Sí, Dios es el primer y gran educador de su Pueblo, (...) (cfr. Dt 32, 10-12; cfr. 8, 5).


La obra educadora de Dios se revela y cumple en Jesús, el Maestro, (...). La Iglesia madre está llamada a tomar parte en la acción educadora divina, bien en sí misma, bien en sus distintas articulaciones y manifestaciones. Así es como los fieles laicos son formados por la Iglesia y en la Iglesia, en una recíproca comunión y colaboración de todos sus miembros: sacerdotes, religiosos y fieles laicos. (...).


Educadora es, sobre todo, la Iglesia universal, en la que el Papa desempeña el papel de primer formador de los fieles laicos. (...). La Iglesia una y universal está presente en las diversas partes del mundo a través de las Iglesias particulares. En cada una de ellas el Obispo tiene una responsabilidad personal con respecto a los fieles laicos, a los que debe formar mediante el anuncio de la Palabra, la celebración de la Eucaristía y de los sacramentos, la animación y guía de su vida cristiana.


Dentro de la Iglesia particular o diócesis se encuentra y actúa la parroquia, a la que corresponde desempeñar una tarea esencial en la formación más inmediata y personal de los fieles laicos. Además, dentro de algunas parroquias, sobre todo si son extensas y dispersas, las pequeñas comunidades eclesiales presentes pueden ser una ayuda notable en la formación de los cristianos, (...). (...). Los sacerdotes y los religiosos deben ayudar a los fieles laicos en su formación. (...).


Otros ambientes educativos

62. También la familia cristiana, en cuanto «Iglesia doméstica», constituye la escuela primigenia y fundamental para la formación de la fe. El padre y la madre reciben en el sacramento del Matrimonio la gracia y la responsabilidad de la educación cristiana en relación con los hijos, a los que testifican y transmiten a la vez los valores humanos y religiosos. Aprendiendo las primeras palabras, los hijos aprenden también a alabar a Dios, al que sienten cercano como Padre amoroso y providente; aprendiendo los primeros gestos de amor, los hijos aprenden también a abrirse a los otros, captando en la propia entrega el sentido del humano vivir. (...).


También son lugares importantes de formación las escuelas y universidades católicas, (...), en el actual contexto social e histórico, marcado por un profundo cambio cultural, (...); hay que preparar fieles laicos que se dediquen a la acción educativa como a una verdadera y propia misión eclesial; es necesario constituir y desarrollar «comunidades educativas», formadas a la vez por padres, docentes, sacerdotes, religiosos y religiosas, representantes de los jóvenes. Y para que la escuela pueda desarrollar dignamente su función de formación, los fieles laicos han de sentirse comprometidos a exigir de todos y a promover para todos una verdadera libertad de educación, incluso mediante una adecuada legislación civil.


(...) puesto de relieve la urgente necesidad de que los fieles laicos maestros y profesores en las diversas escuelas, católicas o no, sean verdaderos testigos del Evangelio, mediante el ejemplo de vida, la competencia y rectitud profesional, la inspiración cristiana de la enseñanza, salvando siempre -como es evidente- la autonomía de las diversas ciencias y disciplinas. Es de particular importancia que la investigación científica y técnica llevada a cabo por los fieles laicos esté regida por el criterio del servicio al hombre en la totalidad de sus valores y de sus exigencias. (...).


También los grupos, las asociaciones y los movimientos tienen su lugar en la formación de los fieles laicos. Tienen, en efecto, la posibilidad, cada uno con sus propios métodos, de ofrecer una formación profundamente injertada en la misma experiencia de vida apostólica, como también la oportunidad de completar, concretar y especificar la formación que sus miembros reciben de otras personas y comunidades.


En Barcelona, a 2 de febrero de 2009.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Alfredo: ¿¿no crees que también desempeñan un papel fundamental, como colaboradores de la educación, tanto religiosa como social, los movimientos eclesiásticos, tales como los neocatecúmenos, focolares, etc??.
De hecho, en mi opinión, son los que aportan esa "savia nueva" que precisa nuestra Iglesia de hoy.
Un saludo y que tu blog siga adelante.

Alfredo Alonso dijo...

Gracias por tu comentario!

Ciertamente, estoy totalmente de acuerdo contigo. Esos movimientos eclesiásticos formados por laicos están incluidos en el n. 61 del texto en su último párrafo, en donde se hace referencia a las COMUNIDADES ECLESIALES que viven dentro del seno de las PARROQUIAS.

Como muy bien dices, su apostolados introduce en la vida de la Iglesia "savia nueva" que emana de la gracia que Jesucristo derrama desde su Sagrado Corazón hasta nosotros por medio de los Sacramentos y nuestra vida interior de diálogo con Él en íntima oración.

No me resisto a enumerar unos cuantos (de los miles que debe de haber) de entre esos movimientos eclesiales: Focolares, Neocatecúmenos, Comunión y Liberación, Opus Dei, Asociación Católica de Propagandistas, Adoración Nocturna, Regnum Christi, Hospitalidad de Lourdes, Cruzados de Santa María, Renovación Carismática, Schola Cordis Iesu, Familias de Nazaret, Apostolado de la Oración, Schoenstatt, Centro Misionero "Padre de Foucauld",Milicia de la Inmaculada, FASTA - Fraternidad de Agrupaciones de Santo Tomás de Aquino y un largísimo etcétera.

Si te interesa saber más sobre ellas o como contactar, no dudes en escribirme.

De nuevo, gracias por tu comentario, gracias por tus ánimos.

Un saludo, Alfredo Alonso