lunes, 10 de marzo de 2008

El hotel Bahía de Santander

El hotel Bahía de Santander es un céntrico hotel con solera y prestigio. Está a un paso de la Catedral entre la plaza Porticada, donde se erige el monumento al héroe nacional Velarde, hijo de "la Montaña", y del muelle desde donde zarpa el ferry a Southampton (Inglaterra). Desde las cristaleras de su cafetería se contempla a lo lejos las blancas montañas que limitan con Burgos, aunque en primer término nuestra mirada se detiene en la mar, en la playa de Somo al otro lado de la bahía, en Peñacabarga o un poco más lejos aún, en los montes del valle de Ruesga.

Allí recibí una llamada. Esa que nadie quisiera recibir. Una persona fue asesinada vilmente y a sangre fría por la sinrazón del terrorismo en Mondragón. ¡Y justo, qué casualidad, a unas horas del fin de la campaña electoral! Durante esa conversación telefónica fríos escalofríos recorrían mi cuerpo. Abrumado de angustia, asco y repugnancia noté una debilidad general por unos instantes, como si hubiera perdido algo esencial para mi propia vida. Percibí como si algo de mí muriese. Fue una sensación terrorífica! Y, ciertamente, el viernes 7 de marzo, una vez más, se me fue arrebatado "algo esencial" para vivir. Pero no solo a mi, sino a todas las vidas humanas que peregrinan por esta tierra donde la diversidad cultural y social se entreteje en un rico conglomerado de modos y formas de ver la vida.

¡Sí, has acertado! Ayer toda persona humana fue humillada al ser atacada violentamente uno de los principios fundamentales de la convivencia humana, a saber, el "derecho" a vivir. No hay nada en el hombre que le otorgue autoridad para decidir sobre la vida de sus iguales, con quien comparte una misma naturaleza humana y convive en Sociedad. Porque la Vida es un regalo. Nadie puede decidir sobre la manera de suspender ninguna vida humana. Pues todo argumento a favor escapa los límites del sentido común, la bondad natural de la razón humana y toda mínima norma de convivencia entre personas que aspiran a ser felices en este mundo.

Nuestra Sociedad requiere que sigamos educándonos y formándonos para aniquilar con la más mínima forma de violencia social. Hay que reeducar a esas personas con Justicia social y penal. Mal que nos pese, son personas que conservan la osadía de acabar con la vida de sus iguales y no nos vamos a rebajar a su pusilánime percepción de la vida.

En Boo de Piélagos, a 8 de marzo del 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alfredo! tengo una duda: cuando hablas de la Verdad, que es la Verdad como la entiende un filósofo o la Verdad Científica?? porque si es la Científica no estoy de acuerdo contigo y me gustaría que te le echaras un vistazo (lo mismo ya se lo has echao) a un libro de Chalmers titulado "¿Qué es esa cosa llamada Ciencia?" Un saludo desde el otro lado de la mesa!!