martes, 18 de marzo de 2008

"La Justicia está en huelga". (y II)

"La Justicia está en huelga". Este es el gran cartel que hemos podido leer durante estos últimos 11 días a la entrada del complejo judicial de las Salesas de Santander; y digo hemos podido porque, ¡por fin!, y tras unas largas, duras y tensas negociaciones la Administración Autonómica con su consejero a la cabeza y los sindicatos han llegado a un acuerdo. ¡Gracias a ambos en nombre del pueblo llano y humilde!

Atrás quedan 11 largos días de huelga con casi mil doscientos juicios suspendidos y unas cuantas decenas de miles de "pequeños grandes" problemillas administrativos y personales que este periodo reivindicativo ha provocado. Hoy y ahora es la hora de los "profesionales" de la Justicia. Confiamos en ellos para resolver con presteza, eficacia y eficiencia el ingente maremagnum que se ha acumulado durante estos días para que la actividad judicial vuelva a la "normalidad". Esto es lo que todos esperamos de ellos. Porque tan lícita ha sido su propuesta como nuestra exigencia de que su trabajo sea desempeñado con una profesionalidad que raye la excelencia.

Los quehaceres de los profesionales de la Justicia ("los justicieros") en Cantabria, y en el resto del mundo mundial (y parte del extranjero) son fundamentales para desarrollar una sociedad con unos principios básicos de sana convivencia. Las personas que desempeñan esta excelsa e importante actividad de permitir que la Justicia "reine" con dulzura en los corazones de los ciudadanos han de sobresalir por su amor a la misma, debiendo tener claro algunos de sus principios fundamentales: honor, fidelidad y sinceridad. Lamentablemente estos comportamientos mínimos no siempre los encontramos entre "los justicieros". Y digo esto con tristeza, porque si encontrásemos entre ellos más amabilidad por la Justicia y sus consecuencias, a nosotros no nos costaría tanto encajar algunas de las sentencias que los jueces emiten tras sutiles reflexiones a partir de las Leyes Positivas. ¡Qué esta es otra: Leyes Positivas realizadas con criterios sin atender al sentido común y al buen hacer de la razón substentada en la Ley natural (pero de esto ya podremos considerarlo otro día)!

Conocida es la definición de Justicia, ya sea entendida como virtud cardinal del comportamiento humano, ya sea como actividad ordenadora y civilizadora de la sociedad, a saber: dar a cada uno lo que le pertenece y se merece. Esto es conocido como equidad. La justicia, la equidad es establecer un equilibrio entre dos o más intereses respecto de algo en concreto. La persona justa es una persona equitativa, que sabe lo que tiene qué dar, qué decir, cómo comportarse, etc., en cada momento en concreto. La persona justa es una persona virtuosa, porque ni se pasa por exceso ni se queda corto por defecto, sino que sabe estar, conoce donde está el equilibrio, y conoce su punto medio de comportamiento. Ahí mismo es donde reside su felicidad: "in medio virtus" -Aristoteles dicit-.

La equidad es una virtud que el hombre que ha de ejercitarla a diario, y como tal, hasta que no se ejercite mucho y con excelencia, no merece ser atribuida como característica de tal o cual hombre. En unos minutos comenzará la semifinal de la copa de S. M. el Rey entre el Racing y el Getafe. Santander se ha teñido de verde, una vez más, para animar al equipo de Marcelino (hombre que tiene la virtud de la disciplina y del orden). También es un hombre ecuánime, que exige a cada jugador todo lo que pueda ofrecer para la victoria. Seguro que dentro de unos minutos, mientras que la afición canta al unísono "La fuente de Cacho", Marcelino y la escuadra verdiblanca luchan en el campo para que el arbitro, con ecuanimidad, les otorgue una justa y deseada victoria que les permita alcanzar la anhelada final. ¡Con permiso del Getafe, claro!

En Santander, a 19 de marzo de 2008

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